Doy un último vistazo a la casa, todo está debidamente cerrado; la diferencia es que ahora estoy afuera, es invierno (estacionalmente hablando)... Suena en mi iphone una canción del album Bossa and Marley que me hace sentir despreocupado, extrañamente despreocupado.
Pienso en los viajantes que -en la ausencia de este blog- abandonaron este camino de forma definitiva para tomar otros más interesantes; me quedo con ellos en mis recuerdos y con eso les confiero la permanencia necesaria para que los conozcan otras generaciones; me quedo con el corazón valiente y la mirada de ternura de mi tía María, con ese gesto tan suyo cuando se dirigía a mí en complicidad; con el buen humor y el corazón sensible de mi tío Alfredo y sus historias increíbles, con su miedo a la muerte no por ese trance en particular sino por la falta de vida - a la que estaba tan acostumbrado -, con su promesa de seguir en medio de las pláticas familiares desde otra dimensión; por último, me quedo con el carácter fuerte y decidido de mi tía Rafaela que se marcho de esta vida sin una sola queja y sin sentir que la vida le debiera nada.
Pero ahora, también durante esta ausencia obligada, se añadieron otros dos viajantes a esta aventura, el primero es Carlos que llegó a este mundo con los ojos abiertos, queriendo conocerlo (o reconocerlo) todo, cuestionándonos en silencio, haciendo mil preguntas con mirada inquisitiva, inteligente y crítica…como si se tratara de un viejo encerrado en el cuerpo de un recién nacido. Hablé con él en su primer día en este mundo y en ese cuerpo, le dije que no tenía ninguna prisa, que seguramente encontraría las respuestas en el futuro. La verdad, no dudo que lo hará porque incluso parece ya tenerlas. Carlos resulta toda una experiencia, un compañero de viaje muy entretenido.
El otro nuevo viajante es Cooper Tino…un Golden Retriever cariñoso, expresivo, fuerte, inteligente, elegante, inimaginablemente travieso, incansable y también – en palabras de mi madre- muchas veces desquiciante que llora cuando me voy al trabajo por las mañanas y que celebra cuando llego por las tardes; un compañero capaz de pasear tranquilamente conmigo sin prisas, incapaz de hacer daño intencional, curioso con los niños, amante del agua y de la luna -como un servidor- a la que he descubierto, observa fijamente por instantes.
Estoy seguro de que ellos dos, junto a los caminantes que ya conocen… harán este nuevo viaje mucho más agradable.
Que Dios esté con ustedes
Enero de 2012
Pienso en los viajantes que -en la ausencia de este blog- abandonaron este camino de forma definitiva para tomar otros más interesantes; me quedo con ellos en mis recuerdos y con eso les confiero la permanencia necesaria para que los conozcan otras generaciones; me quedo con el corazón valiente y la mirada de ternura de mi tía María, con ese gesto tan suyo cuando se dirigía a mí en complicidad; con el buen humor y el corazón sensible de mi tío Alfredo y sus historias increíbles, con su miedo a la muerte no por ese trance en particular sino por la falta de vida - a la que estaba tan acostumbrado -, con su promesa de seguir en medio de las pláticas familiares desde otra dimensión; por último, me quedo con el carácter fuerte y decidido de mi tía Rafaela que se marcho de esta vida sin una sola queja y sin sentir que la vida le debiera nada.
Pero ahora, también durante esta ausencia obligada, se añadieron otros dos viajantes a esta aventura, el primero es Carlos que llegó a este mundo con los ojos abiertos, queriendo conocerlo (o reconocerlo) todo, cuestionándonos en silencio, haciendo mil preguntas con mirada inquisitiva, inteligente y crítica…como si se tratara de un viejo encerrado en el cuerpo de un recién nacido. Hablé con él en su primer día en este mundo y en ese cuerpo, le dije que no tenía ninguna prisa, que seguramente encontraría las respuestas en el futuro. La verdad, no dudo que lo hará porque incluso parece ya tenerlas. Carlos resulta toda una experiencia, un compañero de viaje muy entretenido.
El otro nuevo viajante es Cooper Tino…un Golden Retriever cariñoso, expresivo, fuerte, inteligente, elegante, inimaginablemente travieso, incansable y también – en palabras de mi madre- muchas veces desquiciante que llora cuando me voy al trabajo por las mañanas y que celebra cuando llego por las tardes; un compañero capaz de pasear tranquilamente conmigo sin prisas, incapaz de hacer daño intencional, curioso con los niños, amante del agua y de la luna -como un servidor- a la que he descubierto, observa fijamente por instantes.
Estoy seguro de que ellos dos, junto a los caminantes que ya conocen… harán este nuevo viaje mucho más agradable.
Que Dios esté con ustedes
Enero de 2012
3 comentarios:
http://youtu.be/S1Q_YbSN_8o
Te He Echado de Menos...
Aquí estoy...
"No es que te extrañe... Extraño a la persona que crei que eras!!"
=(
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